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sábado, 4 de noviembre de 2017

Tiburón es finalista de la División de Honor

Luego de cuatro años, Comodoro Rivadavia posiciona un equipo en la final del certamen nacional de clubes más importante de Argentina.
Con una actuación colectiva aguerrida y pese a jugar frente al local, Tiburón-MyL aguantó la presión, fue ganando 2-0 y 3-2, se lo empataron a un minuto del final, pero se impuso en los penales 2-1 con un Clemente espectacular.
El primer tiempo de la semifinal tuvo un denominador común: la efectividad de Tiburón-MyL, que le paga con la misma moneda que la sufrida ante el elenco mendocino en la fase clasificatoria. Un pase en globo de Matías Cárcamo, y el intento de desvío de Brian Oyarzo que confunde a De Lucía, fue la apertura del marcador con el balón entrando lentamente en el arco del Jockey, a los 6 minutos.
Un minuto más tarde, en uno de varios contragolpes de los que dispuso el equipo comodorense, fue guiado por Subiabre, que dudó en pase a algún lateral y desde la calle central clavó un puntazo alto terrible, para el 2-0.
Luego, fue todo del elenco mendocino, que dispuso del balón y el territorio, pero que se topó con la defensa firme de Tiburón. Los patagónicos tuvieron además algunos contra-ataques mal finalizados, y hasta un tiro en el travesaño del propio Subiabre por la banda derecha.
El complemento fue más en favor de Jockey Club, pero como en la fase regular, aprovechando la presión ofensiva y provocando el error de manejo rival.
Fue doblete de Gonzalo Pires, que estaba apagado hasta ese entonces, y que clavó una volea pasada para el descuento, mientras que tocó a la red tras una recuperación en defensa alta.
Con el 2 a 2, el entrenador Marcelo Ramos apostó por su carta llamada Carrizo, y Matías cumplió en la marca, como así también con un gol de contragolpe, tocando con la punta ante la salida presurosa de De Lucía.
El 3 a 2 parecía quedarse inmovil, hasta que un ataque mal manejado por el Tiburón le permitió a Tomás Pinea capitalizar un tres contra uno letal.
El alargue se vivió con muchísimos nervios, y con buenas actuaciones de los dos arqueros, siempre con mayor manejo de Jockey, pero con el equipo comodorense agazapado esperando dar la estocada que no llegaría hasta los penales.
Andrés Clemente, de gran trabajo en el partido jugado, atajó el primer penal ejecutado por Martín Cusa, y seguidamente Gonzalo Páez le rompió el arco a De Lucía.
El ingresado Facundo Colombi ejecutó bien, engañando a Clemente, pero Ariel Urra disparó un zurdazo alto que fue una nueva ventaja. La responsabilidad de convertir para los mendocinos recayó en Matías Scaffetti, que remató al poste, para el derrumbe de Clemente y la montaña de jugadores que fueron a festejar junto al arquero comodorense.
Mucha felicidad, mucha euforia, mucho llanto, y mucha incredulidad, para este grupo que sabía que podía llegar lejos, con hombres de mucha experiencia, y juventud para complementar un equipo que, este domingo, jugará el partido más deseado a nivel nacional en la disciplina. Tiburón espera por Cementista, semifinalista en Esquel 2016 o por el actual campeón sudamericano, Estudiantil Porteño. La figura: Andrés Clemente (Tiburón-MyL).