(Fuente: Prensa CAFS).- Un logro increíble para un equipo que no deja de hacer historia. A la primera copa internacional ganada por la institución ahora se suma la primera en una División de Honor: el torneo de mayor prestigio a nivel clubes en la Confederación Argentina de Futsal, que cerró su XXXVII edición este año.
Pero no fue nada fácil y hasta se podría decir que fue toda una epopeya por momentos. Porque Matías Cárcamo puso el 1 a 0 para el temible Tiburón chubutense cuando se jugaban doce minutos del complemento. Porque ese golazo que se coló en la ratonera parecía poner fin al sueño de los capitalinos de quedarse con la corona más importante a nivel clubes. Y porque los patagónicos defendieron con uñas y dientes la mínima ventaja.
Sin embargo, con la paciencia como bandera, el equipo de Gabriel Espósito se fue acercando con remates de Marco Politi y la valla del arquero Andrés Clemente –uno de los mejores jugadores del certamen– empezó a temblar.
El tiempo se consumía y el empate no llegaba pero Porteño creía en la remontada y quemaba las naves para lograrla. Hasta que forzó el error y una salida en falso de los chubutenses fue aprovechada por el gran Miguel Tapia, que gambeteó y definió para un 1 a 1 parcial que cambiaba todo: ahora eran los metropolitanos los que tenían las de ganar.
Y así fue. A falta de solo un minuto para el fin, el arquero Santiago Verdejo trasladó hasta mitad de cancha para sacudir con vehemencia en dirección a la portería contraria y el disparo encontró en el camino el pecho de Nicolás Caamaño, el de los goles importantes, para luego hundirse en la red.
Porteño se consagró campeón del Campeonato Sudamericano de Clubes de la Zona Sur hace apenas semanas y ahora se convirtió en patrono en su tierra ganando la División de Honor por primera vez en su historia. Y por esto disputará el Mundial de Clubes del año próximo... Estudiantil Porteño es un recontra campeón.
